Un espacio que da vida a Carabanchel y quiere seguir haciéndolo

  • El Espacio Sociocultural, Liberado y Autogestionado EKO, ahora en riesgo de desalojo, lleva casi 14 años dando vida a los barrios de Carabanchel. Cientos de iniciativas, desde apoyo vecinal en temas de vivienda, alimentos y educación a música, teatro, circo o gimnasio han servido y sirven para que miles de personas encuentren aquí alternativas sociales, culturas y políticas que el mercado y el sistema capitalista les niega, siempre con el apoyo mutuo y la autogestión como modelo. El espacio solicita ahora el apoyo vecinal para seguir en esta línea e impedir su desalojo.

El ESLA EKO podría encontrarse en riesgo de desalojo tras la adquisición del inmueble el pasado mes de noviembre por un fondo buitre

No existe, hasta el momento, ninguna notificación judicial, pero el Espacio Sociocultural, Liberado y Autogestionado EKO se encuentra en riesgo de desalojo. El inmueble, cuya propiedad ha estado durante más de una década en concurso de acreedores, fue adquirido en noviembre de 2024 por el fondo de inversión estadounidense Midtown Capital Partners. El precio pagado por el edificio, ubicado en una zona en proceso de gentrificación y con un alto valor urbanístico, fue irrisorio en comparación con su tamaño y potencial inmobiliario. Y es que esta adquisición suscita bastantes preguntas, tanto por el coste como por la falta de transparencia del proceso.

Midtown Capital Partners, fondo buitre estadounidense con sede en Miami, propiedad de Alejandro Vélez y Alexander Saieh, y cuyo rostro visible en España es Alejandro González Molina, propietario de un gran número de inmuebles adquiridos en los últimos años en la ciudad de Madrid, parece haber encontrado en los inmuebles okupados un filón. Y tiene un método ya conocido y muy lucrativo: comprar barato, presionar a quienes habitan o utilizan el edificio, evitar procesos judiciales largos y recuperar el inmueble por la vía rápida para después revenderlo o explotarlo obteniendo grandes beneficios y aumentando el nivel adquisitivo necesario para vivir en la zona.

No es la primera vez que el citado fondo de inversión actúa así. En 2022 protagonizó el desalojo del Edificio Dignidad en Móstoles tras aplicar un esquema muy similar. Este tipo de operaciones, disfrazadas de procesos de revalorización de los barrios, comunes en los procesos de gentrificación, no serían posibles sin una red de permisividad institucional. Fondos internacionales acceden a propiedades en barrios populares mediante canales opacos, mientras las autoridades miran hacia otro lado y sus gentes se ven forzadas a irse.

Otro modelo de barrio, otro modelo de ciudad

El EKO tampoco es un local okupado más. Es un espacio vecinal que lleva casi 14 años dando vida al distrito de Carabanchel a través de redes de apoyo mutuo, de cuidados, de proyectos solidarios y culturales, actividades deportivas y lucha política al margen de la lógica del consumo y el capital. Dentro de sus muros conviven una despensa solidaria, una tienda gratis, grupos de consumo, un taller de bicis, clases de apoyo escolar, asesoramiento en vivienda, grupos de defensa laboral, un gimnasio popular, entrenamientos de boxeo y muay thai, una radio libre, salas de ensayo, espacios de danza y teatro, entre otros, posibles gracias a la autogestión de decenas de colectivos que luchan de manera altruista por otro modelo de barrio, otro modelo de ciudad.

Asimismo, desde su fundación a finales de 2011 en el edificio abandonado de lo que en tiempos fuera el economato del barrio, se han celebrado entre sus paredes más de 200 eventos con miles de asistentes, organizados tanto por los grupos que participan en el EKO como por otros colectivos de barrios de Madrid, del resto del Estado e incluso del extranjero cuyas propuestas de utilización del espacio han sido aprobadas por su asamblea. Iniciativas solidarias, conciertos de todos los estilos de música, recitales de poesía, teatro, títeres, circo, cine, presentaciones de libros, espectáculos de magia, cursos, talleres, exposiciones, pinchadas, roller discos, festivales, jornadas y encuentros artísticos… Todo un universo social y cultural autogestionado por y para Carabanchel y su vecindario.

Al mismo tiempo, a lo largo de estos años el EKO ha trabajado con otros colectivos del Distrito y ha prestado todo el apoyo que le ha sido requerido y ha resultado posible. Su espacio ha estado disponible para asociaciones de familias del alumnado de colegios e institutos, asociaciones vecinales, otros centros sociales… Allí se han fraguado muchas de las movilizaciones contra los desahucios en Carabanchel, impidiendo que echen a nuestros vecinos y vecinas a la calle; se ha organizado una despensa solidaria que ha llegado a repartir hasta 200 cestas a la semana destinadas a hogares que las necesitaban para subsistir; también recogidas y repartos de libros de texto o de juguetes, para contribuir a que ninguna niña o niño del Distrito sea menos que el resto a causa de su nivel económico… El EKO siempre está ahí cuando se necesita el apoyo y la solidaridad, y siempre desde la autogestión, nunca desde la beneficencia y la caridad.

La autogestión, alternativa real

Desalojar el EKO no significa solo vaciar un inmueble: significa romper los lazos tejidos durante más de una década entre cientos de personas. Significa cerrar un espacio donde la vida cotidiana se organiza al margen del mercado, donde la cultura, el ocio y los cuidados no dependen del dinero, sino de la solidaridad y el compromiso colectivo. “Nos quieren fuera porque somos una molestia para el mercado, pero también somos una respuesta a las crisis que este sistema genera”. Y por eso molesta. En un contexto de precariedad estructural y avance de la especulación, el EKO se ha convertido en un refugio, una herramienta política y una respuesta comunitaria frente a las carencias del sistema del capital. Molesta porque opera fuera de los límites que marca el poder, porque demuestra que la autogestión no solo es posible, sino una alternativa a las necesidades reales de las vecinas del barrio. Estos espacios son simplemente necesarios y quieren acabar con ellos.

La defensa del EKO es también la defensa del derecho a construir comunidad, a organizarse sin permiso, a vivir en el barrio en el que has crecido, en el que has echado raíces y a no tener que emigrar a otras zonas por decisión de los fondos de inversión. Por ello, desde el EKO se hace un llamamiento a la presencia vecinal, la difusión del espacio en redes y la solidaridad activa. Cualquier tipo de apoyo es bienvenido. Lo que está en juego no es solo un edificio, sino la posibilidad de que existan alternativas reales al modelo de ciudad impulsado por la lógica del capital que muchas personas simplemente no quieren ni se pueden permitir.

¿Quién decide el futuro de nuestros barrios? ¿Las vecinas que los habitan y los sostienen día a día, o los fondos que los compran desde un despacho en Miami? El EKO no se toca. Midtown Capital, fuera de nuestros barrios. Contra la gentrificación, lucha y autogestión.

 Contacto y redes sociales 

Si quieres contactar con el espacio para mostrar tu apoyo, contarnos qué representa para ti y dar tu testimonio o estar al tanto de cómo evoluciona esta situación, puedes hacerlo a través de sus redes sociales:



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