Los coles dicen ‘basta’ al genocidio en Palestina

El pasado viernes 10, los coles madrileños dijeron “basta” al genocidio en Palestina, siguiendo la convocatoria de asociaciones de familias del alumnado de Madrid de concentrarse a la salida de las clases “en una muestra de amor y respeto a las niñas y niños asesinados en Gaza”. Según los datos que manejamos, la protesta se realizó en al menos 38 centros, entre ellos varios ubicados en nuestro distrito.

“Como madres y padres que somos, sentimos que no podemos y no queremos asistir mudos a una operación militar que está segando miles de vidas por vivir. Vidas inocentes que deben ser respetadas y preservadas siempre y en cualquier situación”, explicaban desde el AFA Lope de Vega difundiendo esta convocatoria. Por ello, declaraban desde el AFA, “Nos unimos al dolor de las familias de niños y niñas muertos, nos unimos a su sensación de injusticia infinita y les decimos: no en nuestro nombre. Nunca ese dolor en nuestro nombre. Estamos y estaremos con vosotras”.

Las concentraciones duraron media hora, y en ellas se guardó un minuto de silencio y se leyó un comunicado. Sabemos que se han unido a la protesta los siguientes colegios madrileños: Gonzalo de Berceo, Unamuno, Miguel Hernández, San Ignacio de Loyola, Palacio Valdés, El Olivar, Santa María, Guindalera, La Paloma, Manuel Núñez de Arenas, Perú, Lope de Vega, Javier de Miguel, Méjico, Eugenia de Montijo, Isaac Peral, San Cristóbal, Trabenco, Emilia Pardo Bazán, Monserrat, Isabel la Católica, Pinar de San José, San Bartolomé (Fresnedillas de la Oliva), Filósofo Séneca, Juan Zaragüeta, Dionisio Ridruejo, Garcilaso de la Vega, Ramón Pérez de Ayala, Luis Cernuda, Palomeras Bajas, Amadeo Vives, Menéndez Pelayo, Zaleo, Miguel Hernández (Getafe), Tirso de Molina, Lourdes Fuhem, Hipatia (Rivas) y La Navata (Galapagar).

Fotos: Patricia Campelo (AFA CEIP Perú) / AFA CEIP Isaac Peral

Manifiesto

  • 4.000 niños son 10 colegios.
  • 4.000 niños son 363 equipos de fútbol.
  • 4.000 niños son 27 teatros infantiles llenos.
  • 4.000 niños son todos los niños de Soria menores de once años.
  • 4.000 niños es la población entera de Ajalvir.
  • 4.000 niños es la población entera de Robledo de Chavela.
  • 4.000 niños son Aldea del Fresno y Buitrago del Lozoya juntos.
  • 4.000 niños es una línea recta de cadáveres pequeñitos desde Atocha hasta Nuevos Ministerios.
  • No es posible llegar a concebir lo que significa la muerte de un solo hijo. El dolor y la sensación de injusticia porque una vida por vivir sea arrancada de nuestros brazos. El dolor por la sonrisa infinita apagada. El recuerdo constante de unos ojos que no volverán a mirar un mundo que le pertenecía y le esperaba nuevo, a estrenar.
  • Tenemos ahora, no la idea real del dolor de las familias palestinas que ven morir niñas y niños uno tras otro, que cargan desesperados hijos inertes tratando de obrar quién sabe qué milagro. Lo que tenemos es un dolor constante en el corazón porque somos madres y padres. Dolor cuando besamos a nuestros hijos dormidos o cuando nos despedimos de ellos en el cole. 4.000 dolores pequeñitos y absolutos.
  • No puede ser. No debe ser. Y sobre todo, tiene que dejar de ser.
  • Los niños nunca son culpables.
  • Los niños siempre son inocentes.
  • No hay derecho, ni internacional ni ningún derecho, que ampare el asesinato de niños para lograr un fin. No hay fines mayores que preservar la vida de nuestras hijas e hijos.
  • Y los niños asesinados en Gaza son también nuestros. Porque los niños son de toda la humanidad. Porque todos los seres humanos tenemos la obligación de socorrer a la infancia, de ser las madres y los padres si las madres y los padres faltan.
  • No al genocidio en Gaza. No al asesinato de niños y niñas. No al asesinato de inocentes. Ni en Gaza, ni en ningún sitio. Ni ahora ni nunca.
  • Condenamos, y no parece descabellado condenar, la muerte como forma de hacer política. Matar no es humano porque matar es acabar con vidas humanas. Condenamos cualquier asesinato de personas inocentes y condenamos cualquier asesinato que se excuse tras la culpa. La muerte no puede ser una herramienta dentro de un Estado de derecho. Ni en Israel ni en ninguna parte del mundo.
  • Pedimos, y no parece tanto pedir, respeto a los derechos humanos.
  • Las familias de Madrid mandamos nuestro amor a las más de 4.000 familias que han perdido a sus hijos en este ataque inhumano (porque no es humano matar niños). Nos unimos a su dolor, nos unimos a su sensación de injusticia infinita y les decimos: no en nuestro nombre. Nunca ese dolor en nuestro nombre. Estamos y estaremos con vosotras.
  • Alto el fuego ya. Alto el fuego siempre.


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