Editorial
Editorial: Volvemos a la actividad después del parón del verano, muy agitado en este mundo en que vivimos. En nuestro barrio, también hay muchos temas sin resolver como el uso de los terrenos en la iglesia de santa Catalina de Laboure, no hay un compromiso firmado por parte del ayuntamiento en cuanto a la utilización de los terrenos para servicios necesarios, en Opañel, proyecto motivo de las movilizaciones.
Sabemos de otros muchos problemas que desde luego no es exclusivo en nuestro distrito.
Me gustaría resaltar un tema muy de actualidad y que a nuestro parecer no está enfocado adecuadamente, me refiero a la violencia, este es un tema que no puede enfocarse parcialmente, hay que enfocarlo en estructura, es algo cotidiano en nuestras vidas, es más, parece que nos damos cuenta, solo cuando surge, la violencia física, y no otras formas de violencias que da lugar a esta última. Sin embargo hay una violencia psicológica, económica, racial, religiosa, sexual, moral y física. Y sobre todo hay violencia dentro de nosotros mismos producto de la frustración, el resentimiento y la falta de esperanza.
Desgraciadamente los suicidios es una de las primeras causas de muertes, por encima incluso de los accidentes de tráfico, este es un indicador de la falta de futuro y como la violencia se puede volver contra uno mismo. No creemos que se resuelva nada, hacer de este problema invisible. Ya en un artículo del último número se hacía referencia al problema de la vivienda
“Que no eran suicidios si no asesinatos”, ciertamente es un poco exagerado, pero la gente cuando se le pone en una situación límite, y cada vez uno se va debilitando más, es posible que se den situaciones de la que nos parece “increíbles”.¿ Pero nos podríamos preguntar?, y si me pongo en el lugar del otro, y si a mí me pasara lo que a mi vecino. No daría la misma respuesta desesperada. No estamos justificando ningún comportamiento, y menos que atente contra uno y los demás, simplemente estamos planteando lo sano que seria para todos el podernos poner en la situación del otro. Cosa que desde luego creo que los políticos, no han hecho en su vida, ellos no pueden pensar en quedarse sin casa o en paro, y está claro que desde sus torres de marfil es muy difícil que entiendan la palabra empatía.
Hemos tratado de denunciar en este número y en otros esa situación de indefensión y de violencia silenciosa en la que somos sometidos todos, especialmente graves nos parece el intento de desmantelamiento de la sanidad pública, y todos los recortes en educación tratando de tapar una deuda que desde luego nosotros no hemos generado.
Denunciamos en nuestro barrio la situación de desempleo y por tanto de violencia económica, ya que no se puede dejar desamparada a tanta gente sin dar ninguna respuesta. En ese sentido nos parecen muy interesantes las propuestas de determinados sectores que están impulsando una renta básica, ya que de no hacerlo estaríamos ejerciendo una violencia económica, y los responsables que gobiernan y administran, deben de buscar soluciones.
También mencionaremos la violencia psicológica por ejemplo: al imponernos, un modelo en el que tenemos que consumir si no, sufrimos el chantaje de que este sistema, no funciona.