Historia de vida
Historia de vida

Las aventuras de una okupa salvadoreña en Madrid

Historia de vida

 

ARTURO PRADO LIMA

Bajo los platanales, con su olor a podredumbre, una niña juega a balancearse en los juncos de un árbol de guayaba. Desde la ventana, su padre la observa sin pestañear. Es una niña preciosa. No es común por estos lugares que la belleza brote de pronto y se posesione de una niña que tal vez no sea capaz de llevarla. La madre se acoda en sus hombros. Ella no sabe de esas cosas, dice. Ella es una niña y le basta con sus columpios.  Se llamaba Clara, y tenía unos ojos ceniza, una estatura indefinible y un cabello negro profundo que contrastaba con su blanca piel. Los vecinos decían, como no, que era hija del fontanero, y él siempre tuvo dudas de que así fuera, y el miedo a la realidad le impidió recurrir a los laboratorios.

La guerra entraba en una fase definitiva. Los guerrilleros del FMLN habían puesto en jaque al Gobierno salvadoreño y éste había respondido con el asesinato de monseñor Romero, tiroteado en el mismo momento de la consagración. Las tropas del Gobierno hicieron su aparición en el San Vicente en la misma madrugada que Clara escapó del primer zarpazo que le hizo su padre para violarla. Su padre se deslizó en silencio esquivando las camas de sus demás hijos, cuyos trayectos había memorizado para no tropezar en la oscuridad. Clara no se despertó hasta que el hombre le resolló en su cara.

Tenía 14 años por entonces, y la vida estaba de su lado. Como era de esperar, los guerrilleros del FMLN habían hecho muchos intentos por convencer a su padre para que ingresara a las filas rebeldes. Y ella estaba de acuerdo, pero su padre no. Y aquella madrugada, con el ruido de los militares en las calles creyó que eran los rebeldes, y ante el forcejeo de su padre, a quién mordió en la mejilla derecha, salió por la ventana y al primer militar que encontró le dijo que estaba lista para engrosar las filas de los rebeldes.

Aquella madrugada Clara firmaría su destino para siempre. Yo la encontré en un barrio madrileño, enfrentada al Ayuntamiento, a la Policía, y hasta a una plataforma de ayuda a los okupas. Me la presentó un viejo amigo, José, quien había intentado apoyar su causa ante quien pudiera ayudar para evitar que la echaran a medianoche junto a sus cuatro hijos, su madre y cuatro nietos. Hable con ella muchas noches y horas. Era inmigrante. Le pregunté como siempre por qué ese paso hacia España, y ella me dijo que la causa principal había sido su belleza. “Nunca antes hubo niña tan bella como yo ni siquiera en todo El Salvador”, se jacta con una mueca que de niña pudo ser de orgullo.

Esa belleza, precisamente, fue la que llevó a su padre a abusar de ella. Desde entonces la desgracia me ha perseguido, dice Clara, y se seca las lágrimas de sus ojos. Lo mío es una novela, dice. He pensado en escribirla, pero no sé cómo se escribe una novela. Le digo que me cuente todo, sobre las violaciones, sobre su ingreso a FMLN, sus intentos de suicidio, su vida como narcotraficante, su traición a los narcos, su llegada a España, su vida de okupa en Madrid. Y sí, me contó todo. A voces de Carabanchel publicará periódicamente esta historia de vida de una inmigrante cuya vida supera a la ficción, y de la cual podremos extraer enseñanzas que de otro modo no sería posible.

(Continuará…).

 

 

 

 

 ¿Que han aportado los inmigrantes a la España de hoy?

A.P.L.

A Voces de Carabanchel ha preguntado a algunos inmigrantes qué es lo que ellos han aportado a España durante los años que llevan viviendo en la Península. Y las respuestas son múltiples, variadas y hasta jocosas.

Helena, una economista colombiana que vive en Móstoles desde 2001, es categórica: “Yo le he aportado mis hijos”, contesta, “y ellos son mi vida. Es decir, yo le he entregado a España mi vida. Sangre joven y nueva para seguir aportando a la Seguridad Social y tantas otras cosas”. Es una respuesta muy interesante. Como los hijos de Helena, hoy en día existen unos 300.000 niños y niñas menores de 15 años en situación irregular, es decir, hijos de residentes extranjeros que a pesar de nacer en España no son españoles porque la ley así lo establece.

En el futuro, estos ejércitos de trabajadores sustituirán en las fábricas, hoteles y en la construcción a esa enorme masa de españoles que pasan a cobrar sus pensiones. Helena tiene razón: el aporte de sus hijos a España, como todos los inmigrantes, será fundamental para los próximos años.

Luis Arévalo dice que su fuerza de trabajo está implícita en muchas construcciones de Madrid. “Nuestros impuestos”, dice, “son parte fundamental para financiar el Estado Español”.

Tito Hernández dice que le ha aportado a España su conocimiento mercantil. Pero también ha aportado grandes dosis de colaboración ciudadana. Dice él que una de las frases que más le gustan y que ha puesto en práctica inmediatamente es aquella que dice “cuando pueda”. Es un sinónimo de respeto que yo lo valoro mucho y que trato de que los que trabajan a mi alrededor lo comprendan.

Fuerza productiva, impuestos, valores éticos y morales hacen parte de la aportación migratoria a esta parte del mundo.

 

             

Noticias falsas para impulsar la xenofobia

A.P.L.

No es la primera vez que circulan en las redes sociales noticias que en el momento de comprobarlas no son más que episodios inventados por racistas y xenófobos para hacer propaganda de sus ideales. Esta vez dicen que el alcalde de Villargordo (Jaén) recibió una carta de los padres de unos alumnos árabes en la que le pedían que no les dieran a comer en el cole carne de cerdo, pues su religión se lo prohibía.

Detrás de esta inexistente petición, el “artículo” que aparece en las redes sociales lanza una zaranda de mensajes xenófobos invitando a las familias árabes a irse a otros países con sus mismas costumbres y tradiciones. La carta se la atribuyen al acalde de esa localidad, quien invita a los musulmanes a abandonar sus formas de vida e integrarse en España.

No es bueno poner atención a este tipo de noticias, que no son más que pretextos para difundir una ideología segregacionista y sin sentido. Esta apología, que hace parte de un plan calculado de los xenófobos, debería ser erradicada de las redes y de todos los medios de información. Y denunciar o desenmascarar esta detestable actitud. Con el agravante de que este tipo de mensajes pueden traer en su contenido virus que atrofian tus equipos. Para saber si una noticia es falsa o verdadera, los remito a una página que les orientará en este sentido: http://culturacion.com/como-detectar-una-noticia-falsa-en-internet

 

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