El miedo en los perros



RUTH GONZÁLEZ LIRIA
Adiestradora y Psicóloga Canina


El miedo es una característica psíquica que forma el carácter de un perro. Es muy importante, ya que debe ser tenido muy en cuenta de cara a una convivencia tranquila y duradera con las personas. Sin embargo es uno de los aspectos más ignorados a la hora de elegir un determinado individuo, ya sea cachorro o adulto, para que conviva con nosotros, nuestros hijos, etc. Un perro miedoso puede ser un verdadero problema, y es el que menos tenemos en cuenta, fijándonos más en aspectos agresivos o en  algunos casos en la pura estética. Un animal miedoso puede ser muy peligroso, ya que su manera de inhibir ese miedo puede ser desde agresivo hasta atacante, y resulta un proceso de eliminación lento y complicado, no imposible.

Como en todos los problemas de comportamiento, es fundamental asesorarse previamente por un profesional antes de adquirir un animal sobre su genética, su ambiente de cría, progenitores, etc. Entendemos por miedo la respuesta normal de autoprotección que muestra un perro ante cualquier amenaza o peligro para él.

Existen dos maneras para extinguir en la medida de lo posible en miedo en nuestros canes: implosión o desensibilización. En el primer caso se realiza exponiendo al animal al estímulo que le produce el miedo, obligándole a estar junto a él, y así intentar que sus mecanismos de defensa se activen y su intensidad ante el estímulo poco a poco baje.

Ejemplo: en el caso de la pirotecnia, se expondría al perro a este ruido (siempre supervisado por un profesional, ya que podría causar otros daños a nivel psicológico además de en algunos casos la muerte por miedo). En el segundo caso, por desensibilización, se realizaría de forma pausada y muy poco a poco, contando con más estímulos positivos para desviar su atención, es decir, mientras lo exponemos al ruido damos premios.

No confundamos el miedo con la dominancia. Esto ocurre en perros pequeños, que según sus dueños ladran y se muestran agresivos porque ven perros grandes. Esto es un aspecto puramente humano de disculpa ante el  comportamiento de su perrito.

También existe el miedo adquirido: un animal que de cachorro ha sido sometido a experiencias traumáticas. Por ejemplo, si un perro tiene miedo a los niños es porque de pequeño se sensibilizó a la presencia de los mismos, cuando por ejemplo un dia jugando en la calle con un grupo de niños tuvo una reacción de pánico por algún ruido contundente, estallido de petardos, etc., que éstos realizaron.

El miedo en los canes también aparece ante lo desconocido. Entendemos el periodo de sociabilización del cachorro comprendido entre las 4 y las 12 semanas de vida del mismo: es el periodo llamado “imprinting” que describió Lorenz. Si en esa fase o también en el periodo de vida hasta los tres o cuatro meses nuestro animal no ha  tenido contacto con las personas, es probable que el miedo hacia ellas se haga latente. En estos casos deberemos extremar las precauciones y no obligar al perro al contacto, ya que se podría desencadenar una agresión por miedo.
Evitemos sobreproteger a nuestros perros ante estímulos normales a los que ellos harán frente sin dificultad. Dejémosles

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