Opañel, con los refugiados de Siria

La mano de obra del empleo del hogar, mayoritariamente extranjera, ha frenado la crisis de los cuidados

Carolina Elías, abogada y representante de la asociación SEDOAC, nos explica cómo afronta el sector del servicio doméstico la huelga feminista del 8 de marzo

A VOCES DE CARABANCHEL

Entrevistamos a Carolina Elías, salvadoreña, abogada y con un máster en Género en la Universidad Complutense de Madrid. Ha trabajado en el sector del servicio doméstico, y actualmente representa a una asociación que se llama SEDOAC (Servicio Doméstico Activo), en la que participa desde 2012, que forma parte de la Red de Mujeres Latinoamericanas y del Caribe en España.

En el marco de esta convocatoria de huelga para el 8 de marzo, ¿cómo lo estáis viendo desde vuestro colectivo?

Creo que la sociedad española no ha valorizado lo suficiente el trabajo del hogar y el de los cuidados. Ha habido una tremenda crisis de los cuidados en España, ante el incremento de la población mayor y en dependencia sobre todo. Y ha sido gracias a la mano de obra del empleo de hogar, que es desempeñado en España mayoritariamente por mujeres extranjeras, que se ha frenado la crisis de los cuidados.

Creo que esta oportunidad del 8 de marzo es para nosotras importante porque queremos visibilizar la precariedad y la tremenda desigualdad en la que se encuentra el sector que desempeña los cuidados, sin los cuales no se podría sostener la vida misma. Si la gente por algo lucha y por algo trabaja muchas horas es para poder tener una casa, para tener bien a sus hijos, a sus padres… y quienes lo hacen posible somos las personas a las que se nos paga para ello, trabajo que lamentablemente no es valorizado, no es bien pagado, no tenemos ni siquiera derecho a la prestación por desempleo… Entonces nosotras queremos este 8 de marzo alzar la voz junto con todas las mujeres en España y en el mundo para pedir esa igualdad de derechos, ese reconocimiento del trabajo de las mujeres, y en ese sentido nos hemos unido a la huelga convocada por el resto de países y de movimientos feministas, donde esperamos se vea representada de alguna manera nuestra participación como mujeres migrantes empleadas del hogar.

Como migrantes, ¿les ha sido fácil integrarse en el mercado laboral español en su sector?

Bueno, la necesidad que hubo de mano de obra extranjera para frenar la crisis de los cuidados ha sido precisamente por la incorporación de muchas mujeres al mercado laboral productivo, cuando ésas eran las que venían realizando las tareas reproductivas. Lamentablemente, como seguimos reproduciendo el sistema patriarcal, machista y capitalista que hace reposar en las mujeres todas las tareas reproductivas, las cuales no son reconocidas ni valoradas, ni económica ni socialmente, entonces las mujeres al incorporarse a los trabajos productivos delegan en otras mujeres ese trabajo reproductivo, lo externalizan… Creo que uno de los grandes retos es lograr la conciliación familiar y que los hombres también se incorporen a desempeñar este trabajo.

Al relegarlo en las mujeres extranjeras, nos están instrumentalizarlo, porque ello está permitiendo a esas otras mujeres, que generalmente son mujeres blancas de posición económica media-alta, que ellas se incorporen a este mercado de trabajo, donde igualmente también son menos valoradas, no son bien remuneradas, y todavía sigue el techo de cristal y la brecha salarial… Pero al final logran sostener sus hogares gracias a la explotación de otras mujeres, y para mí esto es parte de la perversidad del sistema machista y capitalista.

¿Entonces todavía se nota una discriminación al contratar a una persona para estos trabajos?

En la actualidad el sector de los cuidados y del empleo doméstico está formado mayoritariamente por mujeres extranjeras. Según datos de la OIT, en España hay un 30%-35% de mujeres trabajando en la economía sumergida dentro de este sector. Entonces, ante la exigencia que hay cada vez más de tareas de cuidados, podemos decir que hay oferta de trabajo, el problema es que cada vez es más precaria, y se aprovechan sobre todo de las mujeres extranjeras que no tienen ese permiso de trabajo y se ven obligadas a trabajar en la economía sumergida. Ésas son las más explotadas, a las que se les paga menos y se les exigen más horas de trabajo. Entonces, el que las mujeres migrantes nos estemos integrando en este trabajo es porque las mujeres españolas no lo quieren realizar.

Muy difícilmente encontraremos a mujeres españolas realizando trabajo de interna, por ejemplo. El régimen de interna existe únicamente ya en España: en el resto de países de Europa ha sido prácticamente abolida esta forma de trabajo. Las mujeres españolas que todavía continúan en el sector de los cuidados y el empleo doméstico exigen derechos porque están en su país y se sienten empoderadas, en cambio las mujeres extranjeras están en una situación de completa inferioridad y desigualdad, no pueden exigir fácilmente sus derechos, porque no tienen la información, el empoderamiento, las herramientas, y sí tienen la necesidad de conseguir un trabajo para pagar las deudas que les ha dejado el viaje y mantener a sus familias, lo que las obliga a aceptar estas condiciones. Entonces es fácil incorporarse al empleo doméstico, pero al más precario, al más explotado. Es muy difícil que una mujer pueda encontrar trabajo en condiciones dignas. Las hay, pero son privilegiadas.

Para concluir, ¿que sugerencia o consejo puedes dar a nuestras lectoras en esta situación?

La herramienta fundamental para las mujeres migrantes empleadas de hogar es el asociacionismo. Invito a las vecinas y vecinos de Carabanchel a que busquen una asociación, a unificar fuerzas, para lograr incidir en los cambios. Y que aprovechen también las herramientas de participación que el actual Gobierno municipal está facilitando en los distritos, como por ejemplo Decide Madrid, los Foros Locales, Presupuestos Participativos… Hacer valer nuestras voces en estos espacios que se nos están abriendo creo que es una gran oportunidad para intentar una transformación de nuestra sociedad en estos ámbitos.

Sobre todo, solamente juntos y juntas podremos lograr la sensibilización de esta sociedad para la integración de las personas extranjeras, para las personas gitanas también, para las personas con diversidad funcional… En fin, hay mucho que integrar, y creo que España debe tomar conciencia de esa nueva sociedad en la que se ha constituido y abrir las oportunidades. Y en el marco de este 8 de marzo, entender que las mujeres podemos paralizar el mundo, y lo vamos a intentar este día para poner en valor el trabajo de las mujeres, su aporte a la economía, a la sociedad, a la política y a todos los ámbitos, mostrando lo importantes que somos y lo que podemos incidir en nuestras sociedades.

 


  Votar:  
Resultado:0 puntos0 puntos0 puntos0 puntos0 puntos
  0 votos