solos al cole
solos al cole

Desde la entrada, todo es cole

Susana Abad

A Alfonso Medina no le gustaba hacer los deberes de Inglés. Bueno, ni Inglés, ni ningún otro. Alfonso Medina era bueno en Educación Física, y en ese momento, mi mejor amigo. A él le hubiera gustado que le hiciera yo los deberes de todas las asignaturas, pero aunque buena, nunca he sido tonta del todo. Así que le hacía los deberes de Inglés. Nos sentábamos en un banco de la puerta del cole, uno entre dos olivos, sacábamos los libros y, mientras charlábamos, Alfonsito Medina miraba las nubes y yo rellenaba sistemáticamente mi libro y su libro. Podría haber rellenado mi libro y dejar que él copiase del mío, pero tenía que deletrear constantemente las palabras que iba escribiendo y era desesperante. Pasamos muchas horas Alfonsito Medina y yo sentados en esos bancos, muchas horas.

Pero no solo había un banco, había dos, como los olivos, y en el otro se sentaban otras familias del barrio, abuelas que veían jugar a sus nietos en un trozo de tierra, “los mayores” con sus carpetas con fotos de la Súper Pop y el pelo cardado, los pequeños con sus madres, nuestros tíos o hermanos, nuestra profesora e incluso el director del cole mientras esperaba a sus hijos.

Teníamos una fuente para beber y llenar globos de agua, y un trozo de tierra en el que hacer un gua para jugar a las canicas. Alfonsito Medina y yo íbamos solos al colegio; si nos hubieran acompañado nuestras familias, seguramente no habrían permitido que yo le hiciera los deberes. Teníamos suerte, íbamos y volvíamos solos del cole y jugábamos a las canicas en un minijardín entre dos olivos, en un banco de madera con una fuente.

¿Cuántos de nuestros hijos van solos al cole ahora? ¿Cuántos de ellos encontrarían un banco entre dos olivos y una fuente para hacer deberes y jugar a las canicas?

A veces se nos olvida que la calle, el espacio público, es mucho más que un espacio de tránsito; que no solo se juega en los parques; que cuando se es niño, la calle es juego. Que los coches no mandan, que en los barrios también necesitamos lugares de encuentro. Que las ciudades son el modelo de urbanismo y convivencia más sostenible, que los recursos son compartidos y que tenemos derecho a soñar con un entorno mejor para nuestras hijas e hijos. Que ir al cole no debe ser un peligro por bajarse de la acera al sortear coches aparcados. Que cochecitos de bebés y sillas de ruedas ya encuentran suficientes barreras. Que los caminos al cole deben tener aceras anchas, y bancos, y olivos y fuentes. Que los caminos al cole tienen que ser de colores, y las entradas el abrazo de la vida que se impone y la materia que se aprende.

Desde la entrada todo es cole es una propuesta presentada a los Presupuestos Participativos del ayuntamiento de Madrid por la Comisión de Educación de Carabanchel para mejorar el entorno educativo, los accesos y las entradas de los coles. Hagamos entre todos una ciudad más limpia, confortable y segura.

Vota: bit.ly/colecolor

 

 

  Votar:  
Resultado:0 puntos0 puntos0 puntos0 puntos0 puntos
  0 votos