Barrio de Carabanchel Tranquilo
Barrio de Carabanchel Tranquilo

Colonia Diego Velázquez, un barrio tranquilo

 

Paseamos por sus calles con miembros de la asociación vecinal para conocer mejor su situación y necesidades


ROBERTO BLANCO TOMÁS

En nuestros habituales paseos por los barrios del Distrito, este mes nos hemos acercado por la Colonia Diego Velázquez, un lugar tranquilo, de ambiente agradable, espacios amplios y apetecibles terrazas para tomar un café o una cervecita y ver la vida pasar con calma. En su activa asociación vecinal nos recibe Juan Carlos Hernández, administrativo de la misma, que amablemente nos cuenta la historia del barrio y sus circunstancias.

La Colonia data de finales de los años cincuenta y principios de los sesenta, cuando se edifican los bloques. “En un principio, como había servicios de los que el Ayuntamiento no quería saber nada, los vecinos decidieron asociarse para solucionar el problema”, explica Juan Carlos. Como en aquellos tiempos no eran legales las asociaciones de vecinos, tuvieron que constituirse como “asociación de cabezas de familia”. Más adelante, cuando se abre la puerta a la legalización de este tipo de asociaciones, se declara ya como tal la A.V. de la Colonia Diego Velázquez.

Esta colonia, compuesta por 1.200 viviendas, tiene como particularidad que buena parte de su superficie es considerada “terreno privado de uso público”, entendiendo el Ayuntamiento que dichas zonas son responsabilidad de los vecinos y por tanto no encargándose de su mantenimiento, limpieza, etc. Así, los vecinos, mediante sus cuotas voluntarias, asumen esta tarea al tiempo que mantienen su asociación, como nos cuenta Juan Carlos: “sí, vivimos gracias a la generosidad de todos los vecinos que colaboran con nosotros. Afortunadamente es masiva la participación, como de un 90%, y con los 3,50€ que paga cada piso al mes podemos hacer todas estas cosas”.

 

Necesidades

 

Por supuesto, como en todos los barrios, aquí también hay necesidades. La reivindicación vecinal más importante es la construcción de un centro de salud para acabar con la “provisionalidad” (de hace décadas) del actual, el de Abrantes, que da servicio a más de 25.000 vecinos y supone un gasto enorme: 250.000 euros anuales. Juan Carlos se muestra optimista a este respecto por considerar que el problema va estando más cerca de su solución: “ya se ha firmado el convenio definitivo para la cesión de la parcela, y ahora estamos esperando a que la Comunidad de Madrid, a la que ya pertenece, edifique el centro”. El otro “clásico” entre las reivindicaciones de la Colonia es la relativa al paso de emergencias de la plaza de las Meninas, del que hemos informado en varias ocasiones y que tal como está supone un peligro cierto. “En un principio se cerró, luego lo abrimos, después se volvió a cerrar, y ahora han vuelto a quitar los bolardos por orden del Ayuntamiento a raíz de un informe de Bomberos. Es un problema, ya que los coches cruzan por él desde la avenida de Abrantes hasta Vía Lusitana a toda velocidad. Urge una solución, porque no queremos que atropellen a ningún vecino, y cualquier día puede ocurrir”, se queja Juan Carlos, preocupado.

En cuanto a problemas generales, el más importante ahora mismo en esta zona es el del mantenimiento y la limpieza, acentuado por la peculiaridad antes señalada. Desde la asociación consideran que el Ayuntamiento debería hacer más de lo que hace, y que todo terreno de uso público debe ser público y responsabilidad del consistorio. También se quejan de la periodicidad: “ahora hacen limpiezas cada mes o cada dos meses: viene una brigada de diez personas, limpian y queda perfecto… Pero no debería ser así, tendría que ser algo más habitual y regular”, sostienen.

Respecto a mobiliario urbano, la valoración de los vecinos es positiva: “en el tema de los bancos que habíamos reclamado, al final no van a ser nuevos: van a sanear los que están, algo que nos parece bien, porque los lijan y los pintan y van a quedar fenomenal… Y los que realmente están rotos y no se pueden usar, se sustituirán. También nos han puesto papeleras recientemente, más de 25 en total”, nos dice Juan Carlos, quien sí da un toque de atención respecto a los árboles de la Colonia: “necesitamos una poda. Nos dijeron que se iba a podar este año, no se ha hecho y hay problemas con las ramas, que son muy grandes y pesadas. Hace dos años sufrimos la plaga de la galeruca del olmo, y los árboles están muy dañados, algo que incrementa el problema y el riesgo”.

Juan Carlos resume al terminar nuestra visita: “Éste es un barrio muy tranquilo. Las plazas son grandes, con jardines donde los chavales pueden jugar, bancos donde la gente puede sentarse tranquilamente… Es algo que otras zonas de Madrid no tienen, y que convierte a la Colonia en un sitio muy agradable para vivir”.

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