Alfonso Armada, periodista y escritor, presentó en nuestro distrito ‘África adentro’, libro de reciente publicación que firma junto a Xavier Aldekoa

ALFONSO ARMADA: ‘HACE FALTA APOYAR EL BUEN PERIODISMO’

El periodista y escritor presentó en nuestro distrito ‘África adentro’, libro de reciente publicación que firma junto a Xavier Aldekoa

Alfonso Armada nació en Vigo en 1958, “por lo tanto me gusta decir que soy portugués, porque me gustaría ser portugués desde hace mucho tiempo”, confiesa. Hombre de muchas facetas, hay una que le define especialmente, la que él mismo destaca al iniciar la entrevista: “soy periodista: es de lo que he comido, es la profesión que he elegido... Y si volviera a nacer también sería periodista”. Corresponsal internacional de larga e impresionante trayectoria, cubrió la guerra de Bosnia, luego África durante cinco años, y después Nueva York, donde le sorprendió el 11S. También ha dirigido el máster de periodismo de ABC y el suplemento ABC Cultural, y en la actualidad es editor y director de la revista digital FronteraD y, desde noviembre de 2017, presidente de la sección española de Reporteros sin Fronteras. Destaca también su faceta como escritor, practicando géneros muy diversos, desde teatro hasta poesía. Precisamente aprovechando la presentación en la librería asociativa El Trotajueves de uno de sus libros, África adentro, éste “a medias” con Xavier Aldekoa, mantuvimos con él la entrevista que sigue.



¿Qué van a encontrar los lectores en África adentro?

Bueno, creo que van a encontrar el mejor homenaje posible a África, porque es un libro oral. Allí la tradición oral sigue muy vigente: de hecho se suele decir que cuando muere un anciano en una tribu africana muere una biblioteca entera, porque es toda esa experiencia vital la que muere. Este libro es una propuesta fantástica de 5W, revista de Barcelona creada por reporteros, y es el tercer libro de una serie. Durante tres días nos encerramos en una casa ocho horas a hablar. Agus Morales, el director de 5W, iba sugiriendo los temas. Todo eso lo graban, lo transcriben, lo edita el propio Agus y después te lo pasa y tú lo revisas y corriges los errores… pero el trabajo te lo dan hecho. O sea, que es uno de los libros más gozosos que he escrito, porque no lo he escrito [risas].



Se parte de una pregunta: “¿cómo contar África?”. ¿Crees que lo habéis conseguido?

El problema con África quizá viene de la tendencia en Occidente a simplificar y hablar de ella como si fuera un todo, como si el continente fuera un solo país. Es una mirada un poco neocolonial, un poco simplificadora, y en esa medida quizá sea una forma de ningunearla. Así que este libro intenta eso: contar África “a mejor”. Pero la pregunta creo que se puede aplicar a cualquier periodista y a cualquier tipo de periodismo: lo que te tienes que plantear siempre es cómo contar las cosas mejor, y eso es aplicable al periodismo local, al periodismo de guerra, a los editoriales...



Xavier está especializado en África, y tú has estado allí cinco años como corresponsal. Conocéis bien, por lo tanto, el continente…

Bueno, no lo conozco bien... Yo, como decías, estuve cinco años de corresponsal para África; es decir, no estaba basado en el continente, pero viajaba. En ese momento El País dedicaba mucho dinero a información internacional, el periódico iba bien y había voluntad… El comienzo fue tremendo, porque empecé con Ruanda, y… nada te prepara para eso, nada… Pero a pesar de todo me enganchó… Esto que ocurre es una cosa extraña, que supongo que tendrá una explicación racional: África, o te engancha, o al final no lo soportas y no vuelves. Yo he vuelto siempre que he podido.



Después de ese periodo, me propuso ABC ir a Nueva York, lo que fue una gran sorpresa. Yo no quería dejar África, y el director de El País de entonces, Jesús Ceberio, me dijo: “la oferta es muy buena y no la puedo superar, pero yo no quiero que te vayas, entonces dime qué quieres para quedarte en El País”. Yo respondí: “quiero África, pero de verdad: que el periódico se comprometa de verdad con África. Quiero cubrir el continente en todos los sentidos, no solo la parte política o de sociedad”. Después de un mes discutiendo, él concluyó: “No somos Le Monde ni el New York Times para tener una sola persona dedicada a África”. Esto era en 1998, cuando empezaba a haber ya pateras constantemente y cada vez venía más gente de África. Me parecía fundamental contar de dónde venían, por qué venían... Pero no pudo ser, y al final me fui con ABC a Nueva York.



Antes tener una buena red de corresponsales era importante para un medio, pero esto parece que ha cambiado…

Bueno, cuando un periódico tiene recursos económicos y cuenta con una red de corresponsales, que a ti te permitan vivir en el extranjero, pagado, para contar la realidad de otro país, si a uno le gusta viajar y conocer mundo… es la panacea. Pero eso ha volado por los aires, por lo menos en España... El País y La Vanguardia más o menos mantienen una red de corresponsales, pero los demás tienen casi todos colaboradores que cobran “a la pieza”, dedican menos espacio a la información internacional, hay menos recursos, y las guerras se están cubriendo en gran medida con freelances; gente que va por su cuenta, jugándose la vida por muy poco dinero. Y la verdad es que eso ha provocado que la cobertura internacional sea peor. Sin embargo, otros periódicos, por ejemplo el New York Times, el Financial Times o The Economist, han demostrado que es rentable invertir en periodismo. Se han dado cuenta de que es imprescindible conocer qué pasa más allá, porque todo está interrelacionado, y lo que pasa en China o en cualquier parte del mundo nos afecta de forma decisiva y cada vez más.



Yo soy muy autocrítico con el periodismo que hacemos en España, pero creo que también la propia ciudadanía debe darse cuenta de que hace falta apoyar al buen periodismo. Es verdad que también los medios han cometido muchos errores, se han acercado demasiado al poder, han sido también muy sectarios, muy repetitivos... Pero bueno, quizás si los medios invirtieran más en periodismo y en periodistas, igual tampoco salían las cuentas, porque si al final no te acompañan los lectores, el negocio no funciona.



ROBERTO BLANCO TOMÁS


Fotos del acto de presentación en la librería Trotajueves


 



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