‘Moverse por esta ciudad es complicado si tienes movilidad reducida’

Movilidad Reducida

Charlamos con participantes en la Mesa de Diversidad y Dependencia de Carabanchel, constituida en el marco del Foro Local del Distrito

ROBERTO BLANCO TOMÁS

Dentro de los Foros Locales, los nuevos espacios municipales de participación ciudadana que se constituyeron el pasado mes de febrero, han venido creándose distintas mesas de trabajo para tratar en profundidad temas concretos y realizar propuestas relativas a los mismos. Una de las que se han creado en nuestro distrito ha sido la de Diversidad y Dependencia, a la que nos hemos acercado este mes, dada la gran importancia del tema, para conocerla un poco mejor.

Una de sus integrantes, Belén Izquierdo, nos explica su génesis: “propuse dentro del Foro una mesa de Diversidad y Dependencia, precisamente porque dentro de Carabanchel, tanto para movilidad como para diversidad intelectual, prácticamente no tenemos nada: las personas con diversidad funcional motórica es imposible que puedan moverse ni andar por el barrio tal y como está hoy, y las personas con diversidad funcional intelectual no contamos con ningún programa formativo para tener una autonomía personal. La necesidad de la mesa, por tanto, es grande”.

En el acta de su primera reunión se enumeran los objetivos, que son cuatro: velar por que se tenga en cuenta a las personas dependientes en las actividades y medidas que aplique la junta municipal de Carabanchel; reivindicar la inclusión plena de las personas dependientes del Distrito; Apoyar a la Junta para que la Ley de Autonomía Personal y Apoyo a la Dependencia se aplique en tiempo y forma, pidiendo al Distrito asumir estas funciones hasta que la CAM las asuma; y favorecer la autonomía personal de los y las carabancheleras, para participar en la formación continuada en los programas formativos, culturales, deportivos y de ocio. Belén resume dichos objetivos en “dar mayor formación, independencia y viabilidad a todos los dependientes, desde cero años hasta las personas mayores. O sea, promover una autonomía general, ésa es la idea de la mesa”.

En principio, esta mesa pretende reunirse mensualmente, entre semana, y aún no cuenta con un lugar fijo para hacerlo, dado que el edificio de la Junta de Distrito no está adaptado. Hasta que lo esté, “estamos reuniéndonos en centros culturales”, nos cuenta Marina Carmen Bravo, quien anima a que “toda la gente con movilidad reducida o diversidad funcional, o toda la gente interesada en estas cuestiones, participe”.  “Se han formado talleres, y uno de ellos es el de movilidad, ya que tenemos muchos problemas en Carabanchel, y en todo Madrid, tanto en el metro como en los autobuses, y también con las aceras y calles… Moverse por esta ciudad es muy complicado para personas con movilidad reducida”. Les pedimos que valoren el estado de esta cuestión en nuestro distrito, y la respuesta de todos es inmediata, prácticamente a coro: “Patético, nulo… Hay calles intransitables incluso para personas sin discapacidad”.

Marina Carmen apunta otra cuestión importante: “una de las cosas por las que está esta mesa es para que las leyes de accesibilidad universal se cumplan. De momento esto no ocurre: se piden permisos al Ayuntamiento para cualquier obra, se concede, y las barreras arquitectónicas siguen existiendo”. Recordamos que la Ley General de Derechos de las Personas con Discapacidad y de su Inclusión Social establece el 4 de diciembre como fecha tope para que la ciudad sea completamente accesible, pero Marina avanza que “no se va a cumplir, y uno de los principios importantes de la mesa es que esto se cumpla. A partir del 5 de diciembre habrá que denunciar”, advierte.

Carmen Saiz desarrolla otro de los objetivos: “pretendemos estar presentes de forma activa y ser visibles en todas las actividades, fiestas o actos públicos de cualquier tipo que se hagan en los barrios. Queremos que cuenten con nosotros, que podamos asistir y participar activamente, para que así la gente empiece a tener un contacto más directo con nosotros y con nuestra problemática”. Y Conchi Martínez aprovecha para sugerir que se tenga mucha más empatía con la diversidad psicológica y la sensorial, “que la gente muchas veces actúa como si esas personas fueran tontas, y esas personas son capaces”. También envía un mensaje al comercio de barrio: “si quieren que compremos allí y que no nos vayamos a las grandes superficies, deben hacer sus locales accesibles para todos. Porque si yo no puedo entrar en un comercio a comprar, lo más lógico es que me vaya a un centro comercial, que lo tengo todo accesible y puedo entrar”.

Eloísa Jiménez, recién llegada a la mesa, recuerda algo muy importante: “Todos tenemos movilidad reducida potencialmente. Porque una mujer se queda embarazada, tiene un hijo, y tiene la movilidad reducida en cuanto a que ha de ir con un carrito... Incluso siendo deportista puedes tener una lesión… Y ahora que la esperanza de vida está creciendo, todos tarde o temprano veremos nuestra movilidad reducida. Es algo que afecta a todos”. Por su parte, Pedro Cintas incide en dos cuestiones que considera fundamentales: “primero, la accesibilidad para poder salir a la calle, a lo que hoy parece que no tenemos derecho, y también una rehabilitación digna para todos”. Pedro recuerda otro aspecto crucial, el económico: “una silla de ruedas, como mínimo, vale de 3.000 a 6.000 euros, lo que no está al alcance de todo el mundo... Y luego, adaptas una casa y te cobran permiso de obra, cuando es algo decisivo para cosas tan fundamentales como poder salir a la calle, ducharnos...”. En ese sentido, Carmen Saiz hace mención también a “las viviendas que no se pueden adaptar porque el edificio es muy antiguo y no reúne condiciones para poner un ascensor. No hay ningún acuerdo entre Comunidad y Ayuntamiento para poder favorecer el acceso a una vivienda adaptada mínimamente para que las personas con diversidad funcional puedan salir solas y no dependan de favores de vecinos o de familiares que tengan que venir a bajarles en brazos”.

En lo referente a las Administraciones, Jesús Claudio se queja de las dificultades de las personas con enfermedades sobrevenidas. “A mí me dio un ictus hace doce años —explica—, y lógicamente la vida te cambia de repente. Y, por desgracia, somos un número para la Seguridad Social: no tenemos ayudas, todo son trabas… La Administración, de principio, te niega la ayuda por sistema, y tienes que pelear… El Estado nos trata así”, concluye.

 

RECUADRO

Más información y contacto

Correo-e: Carabanchel.mesadiversidad@gmail.com

Tels.: 648 011 824 (Jesús) / 630 754 404 (Pedro)

 

 

 

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