Encuensta a los vecinos de Carabanchel sobre el centro de internamiento de extranjeros
Encuensta a los vecinos de Carabanchel sobre el centro de internamiento de extranjeros

Entre CIE y CIE

Preguntamos a los vecinos acerca del Centro de Internamiento para Extranjeros

ERNESTO MONDADA

El Centro de Internamiento para Extranjeros que se ubica en terrenos de la antigua cárcel es conocido en Carabanchel. No ha sido siempre así. Esto nos planteó el querer saber qué opinan nuestros vecinos sobre el tema. Para ello, salimos a hacerles cuatro preguntas, cuyas respuestas les ofrecemos en este reportaje.

¿Conoce usted el CIE? ¿Qué es?

Cristina (57 años): “Sirve para juntar gente”. José Manuel (60): “Estará cumpliendo un cometido. Deberían tener una función social”. María Luisa (64): “Es más una cárcel. Es gente inmigrante, están ahí hasta que solucionen”. Margarita (50): “Sé lo que dice la prensa. Encierran a extranjeras sin papeles”. Dora (60): “Son personas que actúan ilegalmente, y los meten ahí hasta que cubran sus necesidades”. Celia (68): “Es una cárcel, y están porque escaparon. Es un almacenamiento de gente, tenemos un gasto ahí”. Anónimo: “Sí, ingresan porque no tienen papeles o porque delinquen”. Mª Dolores (51): “Es un centro para indocumentados”. Felipe (49): “Sí”. Lucía (51): “Sí. Como quién dice, una cárcel”. Alfredo (50): “Sí”. Nieves (85): “No”.

Los Centros de Internamiento de Extranjeros son un instrumento extendido por toda la Unión Europea adoptado en desarrollo de la política migratoria común suscrita en el acuerdo de Schengen de 1985 (fuente: Wikipedia). Política migratoria basada en encerrar a las personas, anotemos, desde la extrañeza y el cuestionamiento democrático. En España hay ocho centros que dependen del Ministerio del Interior. Los trámites de expulsión pueden iniciarse cuando la persona incurra en alguno de los supuestos siguientes:

  1. No tener papeles en territorio español.
  2. Trabajar sin haber obtenido permiso de trabajo, aunque cuente con permiso de residencia válido.
  3. Estar implicados en actividades contrarias al orden público o a la seguridad interior o exterior del Estado, o realizar cualquier tipo de actividades contrarias a los intereses españoles o que puedan perjudicar las relaciones de España con otros países.
  4. Haber sido condenados, dentro o fuera de España, por delito sancionado con pena privativa de libertad superior a un año.
  5. Incurrir en demora u ocultación dolosas o falsedad grave en la obligación de poner en conocimiento del Ministerio del Interior las circunstancias relativas a su situación.
  6. Carecer de medios lícitos de vida, ejercer la mendicidad o desarrollar actividades ilegales. (Wikipedia).

¿Para qué sirve? ¿Qué función cumple?

Cristina: “Amontonan a la gente. No existe una labor social”. José Manuel: “No lo sé. Si están ahí es por algo”. Mª Luisa: “Es más una cárcel. Encierran a gente sin trabajo, indigentes”. Margarita: “Solo sé lo que dice la prensa, la TV”. Dora: “Si no hay dinero. Hacen las cosas con lo que sobra”. Celia: “Si es necesario retenerlos, que sea en condiciones óptimas. Si no, hay que cerrarlo. Yo no estoy dentro, pero igual les han dado algún bofetón”. Anónimo: “Si no entraran, no aumentaría la delincuencia. Está todo jodido”. Mª Dolores: “Deben estar ahí porque si no se favorece la delincuencia. Esto es un estado policial”. Felipe: “Integran y ayudan a los extranjeros. Está en lo que era la cárcel de Carabanchel”. Lucía: “Como quién dice, es una cárcel. Tienen a la gente para deportarla”. Alfredo: “Están los inmigrantes detenidos hasta que los devuelvan”. Nieves: “Es una pena, pena... Yo pasé mucho en la posguerra”.

“En Estados Unidos, a principios de los años 1980, comenzó una práctica similar con haitianos y cubanos detenidos en el centro de detención de Guantánamo, y con otros grupos, como chinos en cárceles y centros de detención en el continente. La práctica se legalizó en 1996 como respuesta al atentado de Oklahoma City, y fue criticada desde organizaciones como Amnistía Internacional, Human Rights Watch y Human Rights First. Todas ellas realizaron estudios sobre el tema, así como la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles. Alrededor de 31.000 personas están recluidas en centros de detención de inmigrantes, incluyendo niños, en alrededor de 200 centros, cárceles y prisiones de distinto tipo.” (Wikipedia). Nos preguntamos: ¿existe un acuerdo, norma, o lo que fuese en las Naciones Unidas que distinga las prácticas dictatoriales de las democráticas?

¿Qué solución le daría usted a esta situación?

Cristina: “Cerrarlo. Usar otros medios”. José Manuel: “Debería estar cumpliendo un cometido. Si no, que cumpla una función social”. Mª Luisa “(Si ya están,) hasta que solucionen su situación”. Margarita: “Que terminen el papeleo. Piden, pero no hay trabajo para esa gente”. Dora: “Hay dinero para mantenerlos, con lo que roban...”. Celia: “No estoy segura, no sé si hay maltrato de género. Los tratan como a delincuentes”. Anónimo: “En algún sitio tienen que estar”. Mª Dolores: “Deben estar ahí, porque si no favorecen la delincuencia”. Felipe: “De eso se encargan las autoridades”. Lucía: “Hay personas que se organizan para ayudar a esa gente”. Alfredo: “Devolverlos”. Nieves: “Deberíamos ayudar a sus países para que ellos no tuviesen que salir y se sitúen en él”.

La barbarie invisible

“Esperamos que triunfe la justicia, nada más”, reclama Vardan Grigoryan, uno de los amigos de Alik, quien el pasado 3 de diciembre falleció de madrugada en el centro de internamiento para extranjeros de Barcelona. Alik llevaba 12 días en el CIE de la Zona Franca, tenía 32 años, y en su país le esperaba una hija de siete años. Según la versión oficial, la causa de su muerte apunta a un suicidio. Sin embargo, varios testigos contestan la hipótesis. Manifiestan que Alik fue golpeado por los agentes de Policía y trasladado a una celda de aislamiento, desde donde se escucharon gritos durante toda la noche. Grigoryan recuerda un dicho de Armenia: “De lejos los tambores suenan mejor que de cerca”. De lejos, Europa puede presentarse como defensora de los derechos humanos. De cerca, el paraíso europeo alberga más de 300 centros donde se encarcela a la gente por no tener los papeles, una geografía del racismo y del dolor donde se pisotean los derechos humanos con vergonzosa impunidad.” (Público).

¿Ha participado de alguna acción contra el CIE?

Cristina: “No”. José Manuel: “No. Sabríamos más”. Mª Luisa “No, pero querría”. Margarita: “No”. Dora: “No”. Celia: “No”. Anónimo: “No”. Mª Dolores: “No”. Felipe: “A ninguna”. Lucía: “No”. Alfredo: “No”. Nieves: “No”.

La bondad, como la maldad, son hechos que cometemos y de cuya responsabilidad, cada uno de nosotros debemos hacernos responsables. La democracia es un hecho colectivo, del cual somos responsables todos. Una falta administrativa que la norma establece que es multada con dinero no se puede castigar con prisión. Es un paso hacia la dictadura y el desmán de los poderosos, que en este caso son los bancos, los monopolios y sus Gobiernos. Cosas que todos en el bar admitimos, o en la cola de la verdulería, pero no manifestamos políticamente en las calles o en quejas públicas

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